Para separarme de mi Monillo. Sí señor, llegó ese día en el que tuve que emanciparme de mi terremoto más de un día y dejarlo bajo la tutela de alguien que no sea el gorila, (a ver, cuando sólo tenía 4 meses me fui de finde con amigas y lo dejé con el padre, todavía no sé ni como aguanté, confieso que llamé a menudo ,pero es que claro, sabía que estaba con mis cuñadas y es tal el amor mutuo que nos procesamos…) pero ahora es distinto, toda una semana con los abuelos.
La razón que me ha llevado a este punto, es el hecho de estar inscrita en una guardería privada donde me dejo la mitad de mi sueldo y cierran más días que la pública. Y teniendo en cuenta que el sector canguro está caro y complicado, pues nada, solución más practica: coche 600km y con los abuelos, que le da un ataque de mamitis no hay manera de consolarlo más que por skype, pero bueno una que le gusta el riesgo.
El primer paso, mentalizar al Monillo, durante una semana cada noche en el momento baño-pijama-cena, frasecita “ ¿A quién vamos a ver pronto ? (vocecilla de madre alelá) : aitona y abuela (monillo bien aprendido), ¿ Y con quién van a estar? : con Monillo, “ ( todo esto es un fluido y ligero euskera) . Para la tercera noche, ya se tenía la lección tan aprendida que antes que le dijera nada me decía de carrerilla: “Monillo con Abuela y aitona, ama zummmmmmm avió barselona, Monillo kotxia aitona luego” (Bien, proceso teórico superado, ahora toca la práctica).
Como soy una madre “porsiacaso” (no se si mi compi hijanohaymasqueuna tiene fichada este estereotipo de madre), la maleta del monillo fue casi tan amplia como el equipaje de la niña Beckam y “con ti con eso” me olvide lo principal, LAS BOTAS DE AGUA!!! Leñe que voy al norte en plena semana santa (sí, lo sé, este post lleva en el horno medio siglo), parece mentira que sea de allí. Como me dijo el aitona: “no sé tanto trasto, tanta ostia y lo principal te lo dejas, pues menudo panorama pal chaval”. Como ya he comentado en algún post anterior, la entrega del abuelo hacia el nieto es tal, que todos los de alrededor dejamos de existir y cualquier problema que afecte al terremoto es casi, cuestión de estado.
Por miedo a que la cosa no fuera tan fácil, me marque un texto Word con indicaciones, ellos hicieron lo mismo con mi abuela en su época, eso sí, a mano que no había ordenatas, así que me fui dejando al peque con manual de instrucciones y un día de clase teórico-práctica. Así y todo hubo preguntas matadoras:
-Bueno a ver en total ¿Cuantas capas hay que ponerle al chaval? El body es lo que abajo del todo ¿no? O rollo superman por encima???
-Estos son los pañales de la noche, pero si le pongo uno de los nuestros ¿Qué puede pasar? (pregunta de la abuela queriéndose jugar la no permeabilidad de su colchón nuevo, recién traído exclusivamente del IKEA para “su pajarillo”, no hace falta remarcar que el mio está duro como una piedra, pero quién soy yo ahora en sus vidas para reclamar…
-Esta crema es la del culo, esta la del cuerpo, esto el jarabe homeopático, esto el inhalador de cada día, y para la cara ¿No tienes una crema para ponerle? ( el aitona, es todavía más boticas que yo!!!)
– A ver una vez más, pero déjame hacerlo a mí, que sino luego no soy capaz (abuela cerrando belabegu por 3 vez, según las malas lenguas no fueron capaces y lo llevaban sin plegar en la parte trasera o sencillamente no se lo llevaban jajaja)
-Y después de todo esto también biberón, pero este chaval va a dormir ahora o a levantar cajas!!!(Al monillo sale mejor hacerle un traje que darle de comer)
Cabe aclarar que los abuelos regentan un palacio gastronómico, por lo tanto a nivel de comida la cosa fue más que bien, hasta el punto que el Monillo vino con vicios inconfesables como : merendar jamón ibérico con zumo natural de naranja, huevos de caserío, pilladitos con sus manazas, merluza con kokotxas, gambas de Huelva, y piruletas caseras de chocolate belga!!!
El regreso fue duro: jamón del mercadona, merluza congelada y claro el pobre, el día que le dije hoy arroz, dijo: ama con gangas (es decir gambas).
LA PARTE AFECTADA: o sea el gorila y yo, lo sobrellevamos, decir que no aprovechamos la ausencia todo lo que se podía, ya que teníamos el síndrome “ausencia de ruido”, nos costó conciliar el sueño el primer día, llamamos varias veces al día para que nos dejaran escuchar su voz, y el único día que nos dejaron hacer skype . Sí señor, sólo un día dejo mí padre que mí hijo nos viera, según él, era para evitar la añoranza y mal cuerpo al crio, manda güevos. Pues eso, ese ratito que lo vimos parecíamos dos auténticos idiotas. A mí, esa semana, me salieron cuatro orzuelos y tuve una tendinitis, era mi cuerpo revelándose por la ausencia.
EL RETORNO DEL YETI: genial, tal era la gana de vernos que no les dejo a los abuelo parar en 600km, se porto como un sol, dejo que su aitona durante esa semana le quitará del chupe diurno, profundizó su euskera hasta lo más hondo y tradicional, habló cervantino con su abuela, disfruto del pueblo, de la la familia y creció, y muchooooooooo.
Por lo tanto, prueba supera y siguiente fecha finales de julio .Por si algún día lo leen, mil gracias a mis padres por compaginar la dirección del palacio-gastronómico con la exquisita cría y cuida de chicho terremoto. No hay nada como esto para terminar de confirmar, que la maternidad llega a ser completa si cuentas con esos duendes oportunos, cariñoso, únicos y sensacionales que se llaman: abuelos, yayos, aitonas, amamas, nona, etc…