No os preocupéis que hoy no estoy de clase de lengua, que no soy precisamente una experta en ello. Sino que ahora aparte de madre, oficinista y bloguera, la menda es embajadora madresférica en la ciudad condal. No se preocupen que no tengo ni coche oficial, ni sobres ni todo eso que se estila en esas alturas ;-). Pero tengo algo mejor que todo eso, que es el hecho de poder asistir, moderar y disfrutar de charlas y talleres especiales dirigidos a la crianza, educación o cualquier tema relativo a nuestros churumbeles, en compañía de grandes profesionales y otras compañeras blogueras. Hoy podéis leer aquí mi primera crónica de la primera experiencia vivida. Ha sido sobre PORTEO con el equipo de Nakadi y rodeada de compañeras blogueras en un lugar muy kidfrendly llamado Ludoteka y ubicado en uno de mis barrios predilectos de la ciudad condal, Gràcia.
Antes de que me olvide y entré en materia, quería agradecer a todas mis compañeras blogueras que asistieron,una mamá diseñadora, la nave de V, una mamá bloguera, blogmodabebé, júlia y su mundo, pero con el permiso de todas, voy a agradecérselo especialmente a una mamá práctica, que me hizo de compañera informática tuiteando la sesión y dándome apoyo logístico. Pero lo mejor de su aportación fue su hija, les presento en primicia a la presidenta del club de fans de Peineta-pintxos, para ella soy “Nana”. Lo repitió una media de 3 veces cada 5 min, es decir cada vez que yo hablaba y como no cayo…hagan cuentas!!! Señores, yo siempre supe que quería ser madre de una niña, pero si tengo una, la quiero como ella una muñeca pepona dispuesta a reírte y echarte los brazos como si te conociera de siempre. Eskerrikasko potxola 😉

Pero no podía dejar de hablar de ello en mi blog, con esa visión tan peinetera que tengo de ciertos aspectos de la maternidad, por lo tanto primero lean la versión seria y luego la de aquí.
Yo con el monillo no he porteado lo que se dice portear en el sentido literal, según los expertos los he colgado de vez en cuando. Sí señores, esas mochilas tan conocidas y que muchos famosos llevan, no son aptas, es decir no son ergonómicas sino “colgonas”. Yo personalmente iba feliz con mi hijo “colgado”, eso sí, llego saber lo poco beneficioso que era para su espalda y postura natural, para la mía, porque confesaré que el machote no era peso pluma precisamente y me hubiera agenciado otra cosa. Creo, que si tan dañinas son deberían de estar prohibidas, pero claro es como el tabaco, mata pero existe (el gorila ahora es cuando me descuartiza). Bueno a pesar de ello, llevar al monillo en la mochila cada vez que teníamos que ir a pintxolandia en avión era súper cómodo, manos libres y él a gustito, colgado pero a gustito. Siguiendo con mi aplastante sinceridad, les diré que hace 3 años mi visión porteadora, se limitaba mucho a las mochilas no ergonómicas el resto lo veía yo muy hippie, yo consideraba que los fulares y ese tipo de artilugios eran instrumentos relacionados al mundo de la crianza de apego, lactancia materna y expertas en nudos marineros (hay que ser burra, pero yo soy así). Pero desde hace un año me empecé a fijar y pensé pues porque no investigar. El monillo comenzó en el cole en P3 y estamos es una escuela pública muy porteadora, la razón para mí es muy lógica, cuando tienes dos churumbeles y uno en esa edad de empezar a correr como loco que sale del cole como un toro miura, es más fácil de controlar si no tienes que ir empujando un carrito. A parte de esto, es una manera que tu hijo se sienta cerca de ti y que mira la vida desde un punto de vista distinto a ese capazo de carro, donde todos solemos asomarnos con esa cara y les invadimos esa visión del cielo que ellos tienen.
La teoría está muy bien pero pasemos a la práctica, que para mí tiene su miga. Siguiendo con la sinceridad, a mí esos fulares elásticos me parecían una prueba de paciencia para cualquier madre primeriza que suele estar escasa de tiempo. Así que el primer reto que me propuse en el taller de porteo es ofrecerme a ponérmelo. Aquí tiene las secuencias de escenas de mi momento, yo misma me cruzo, me recruzo y me meto de prueba un muñeco pelón, porque yo lo valgo:

Después de la prueba diré:
-Es cómodo.
-Para mi punto de vista sólo hasta que le niño tenga 6 meses.
-Es cuestión de práctica como todo, no tiene mucha más complicación que tener que montar un maxi-cosi en un coche o el despliegue de ciertos carritos, ustedes me entienden…;-)
-Estilísticamente hablando: hay unos modelos de BYKAY que tienen los de Nakadi que son alucinantemente monísimos.
Ahora sí en confianza, a mí me pilla eso con prisas y me lo lio al cuello le doy dos vueltas de cintura y me pongo al niño en mis manos y salgo corriendo como si llevará un complemento y si acaso luego con la calma….
A parte de los fulares, uno de mis obsesiones eran esas mochilas con nombre de rollito de primavera, Mei Tai. Y que quieren que les diga, no sólo me parecieron mucho más cómodas que las mochilas ergonómicas, sino que son chulísimas. Que sí, que yo me puse tipo fashion víctim y me las probé todas, como quien se prueba bolsos, si no os lo creéis daros una vuelta por la web de Nakadi y babear. Yo por lo pronto me probé una monísima, pero prefiero enseñaros esa cara de admiración y sorpresa con la que me miraba el bebé de unas de mis compis, gracias a esa gran mirada fotográfica de una mamá diseñadora.

Para mí lo más importante del taller, era probar una mochila nueva que van a tener en exclusividad mis amigos de Nakadi, que es para niños entre 2 años y medio hasta 5 o 6, de la marca Rose and Rebellion. Para ello el gorila tuvo la amabilidad, (ante todo peloteo) de traer al monillo como cierre final del taller. Mi hijo tiene esa edad de 3 años pasaditos, donde todavía hay momentos donde va bien en un carro, o se cansa de caminar y pide brazos o a burrichicos, como se dice en mi pueblo. El gorila tiene cuerpo y fuerza pa llevarlo (es un armario empotrado,seguimos con el peloteo), pero la menda no y el cachalote pesa 16 kilos bien compactos. En lugar de esperar a que Majka me echará una mano y me explicará la manera correcta de ajustarme la mochila, me la armé rápidamente y se subí el monillo encima, en un minuto estábamos puestos, era genial!! Vale pesa, pero está repartido y es bastante más llevadero que en brazos que no soy capaz de dar con el 2 pasos. Por no decir que sería mi salvación muchas veces. Estamos en fase de convencer al gorila, ya veremos…

La menda y el cachaloteo en modo porteo pre-escolar
Después de este taller si hay algo que me ha quedado claro, es que si tengo otro bebe me gustaría portear, aunque sea probarlo, aunque confieso que soy de carrito pero creo que puede ser muy práctico y combinable. Por no decir que hay modelos que me chiflan. Tengo la sensación que el porteo es como cuando empiezas a aprender una materia nueva en el colegio, depende mucho del profesor o la profesora. Yo en este caso creo que Nakadi tiene ese elemento que a mí me hacía falta para empezar a entender este mundo y entrar en él, que es; cercanos, majos, sinceros y directos. Sí a eso le sumas que tienen una oferta variada y distinta, son puntos a favor. Soy sincera los precios de estos artilugios pican, y mucho, teniendo en cuenta como está el panorama pero si estáis convencidos, creo que es una inversión a largo plazo. En mi caso como el monillo es mayor y el gorila no lo tiene claro, pues le doy más vueltas, pero vamos llego a tener el churumbel de 1 año y me compro yo mi rollito de primavera Mei tai y una mochila Pognae ventilada de tirón (si lo sé, lo de los nombres es como cuando vas a comer a un japonés, que hasta que los repites 5 veces te suenan a chino…).
Esa tarde hubo una protagonista especial y que se dejo portear y manosear a pesar de su corta edad, me hace especial ilusión terminar con una foto de la niña de mi compi MªJose de blogmodabebé, porque si ya en la tripa le hacía a su madre un bombo precioso, fuera y con esa mirada, acurrucada en un fular- bandolera es la mejor imagen para cerrar este post sobre porteo.
