LA SÚPER ABUELA

A mí en general siempre me han costado mucho las despedidas, incluso sabiendo que voy a volver a ver a esa persona en algunos meses, años o alguna vez en la vida. Pero despedirme para siempre de la gente, es una tarea que no llevo nada  bien. Nunca he sabido digerir los duelos, ni consolar a las personas en esos momentos, pero sobre todo nunca he sido capaz de llevar la ausencia de un ser querido de una manera pausada. Soy una llorona de serie, una persona muy sentida, la tristeza me invade y las fuerzas me fallan. Pero señores, hay gente en tu vida que es única e irrepetible y no hay dolor más grande para el alma que saber que no las volverás a ver, eso sí como me dijo alguien de mi mundo 2.0 “Las abuelas nos marcan la vida de tal forma, que nunca sentirás que te falta, estará presente en todos los momentos”.

Porque siempre he dicho que esto del blog tiene mucho de terapia y porque es una manera de rendirle mi pequeño homenaje, hoy me salto mí silencio bloguero para haberles, de alguien muy especial, mi abuela peinetera que me ha dejado hace escasos días. A pesar de tener siempre muchos kilómetros de distancia la he querido con locura, porque señores una ha tenido la gran suerte de disfrutar de bisabuela hasta los 10, de abuela materna hasta los 22, de abuelo materno hasta los 23 y de la mejor abuela del mundo hasta el 13 de abril del 2013.

Mi abuela era un  crack y así lo dijo el gorila el día que la conoció y como muestra os contaré unas cuantas de anécdotas y vivencias que he tenido la suerte de compartir:

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