Nunca pensé que me emocionaría mucho al verte subir a un escenario con tus compañeros de clase.
Nunca supe que la oscuridad te daría miedo y que serías capaz de dormir agarrado a una linterna.
Nunca pensé que te parecerías tanto a él y a mí, en lo físico, en lo emocional, en lo cabezota y en todas esas cosas que aparte de heredar imitas cual mono chimpancé.
Nunca supe que tendría miles de caravanas en el salón de mi casa, no al menos mientras cambiaba pañales y te daba biberones.
Nunca pensé que tendría que negociar con tu padre el dejarte correr por casa con mis tacones.
Nunca pensé que a las 6 de la mañana ver como se enciende la luz del baño, entras y sales con total autonomía me produciría una sonrisa emotiva.
Nunca supe que muchas mañanas nos despertarías con canticos tradicionales, letras adaptadas y una sonrisa perfecta. O quizás lo tuve que intuir cuando ya empezabas a cantar por el vigila-bebes??