UN MONILLO EN CALZONCILLO (Toma I)

No, si mirnado este cuadro parece fácil y bonito

Me supongo que era de esperar que a mí también me tocara hacer un post sobre el tema de “pañal fuera”. Confieso, que es un de esos temas de la maternidad que me da auténtico pavor junto con la adolescencia, no sé mira, miedos tontos que tiene una. Todavía me acuerdo cuando la profe de la guardería, a principio de curso pronunció el palabro técnico “control de esfínteres”, me sonó igualito al suelo pélvico, y pensé, la cosa es seguir mojando el parquet de casa, cuando no es la madre es el hijo. Sí claro, en esta viña del señor si no teníamos poco con mis goteras, ahora viene mí hijo con su operación pañal, vamos que estamos a punto  de declarar nuestra casa zona catastrófica por exceso de goteras íntimas. Por supuesto si hay alguien solidarizado con sus múltiples escapes, esa soy yo, La Menda, su madre, que de apertura de compuertas sin previo aviso, sabe mucho.

Empecemos por el principio, e intentemos seguir un orden, que eso en mí cuanto menos es complicado. El tema de quitar pañales se planteo en casa, principálmente porque la criatura tiene que ir en septiembre al cole y no puede ir con pañal, y si a eso le añadimos esa presión social de ¿Todavía lleva pañal? o ¿Has visto fulano, ya hace pis en el lavabo?, y por supuesto abuela haciendo comentario al respecto en cada llamada que me hace. A parte de esto,  como a muchos otros padres, la profe nos dijo la famosa frase de “yo creo que ya está preparado, aquí nos pide a menudo”. (Ya leñe pues será aquí porque acá, es decir en can-peinetas, huye al orinal cual gato al agua!!!) Como ya estábamos por fechas estivales y la operación chupete diurno estaba casi superado, pues quizás tocaba planteárselo. (Sí, tengo tanto frentes abiertos, chupete, pañal, cuna…pobre, de aquí a septiembre lo quiero volver hombretón  de sopetón)

Orinal fashion del monillo, con música y tapa incluido

Me supongo que como otras madres, me hice eco de experiencias cercanas y comentarios, por lo tanto ya me había hecho a la idea de convertirme en mamá-fregona y llevar dos bayetas colgadas de las muñecas, cual complemento fashion, para ir escurriendo el rastro continuo de la criatura. A parte de eso, abducida por mí parte peinetera, y por lo tanto exagerá, dejé el prenatal del barrio sin un puto calzoncillo de la talla 2-3, lo siento, yo por mí monillo MA-TO. Por último, conseguí un orinal práctico para emergencias exteriores. Sí, el de casa es muy fashion con tapa y música,  pero si tengo que salir  de casa con eso, necesito otro carrito sólo pa transportarlo.

Elegí el único fin de semana de junio que sabía que estaríamos por casa sin mucha actividad social. Después de una comunicación un poco extraviada con la profe y la poca colaboración del gorila, un viernes se empezó  el tema y fracasó pal domingo, y digo fracasó porque lo hemos hecho en dos partes, y lo cuento para que nadie se angustie y porque a todos nos puede pasar.

Ese viernes, Monillo fue a la guarde con pañal, pero en la primera tanda de meadas comunitarias ( me lo imagino rollo comuna, vengas nenes a cambiar aguas al canario!!), le quitaron el pañal y a probar suerte. Cuando yo lo recogía a la tarde, según estadísticas guarderiles no estuvo mal, 4 meadas encima y el resto en su lugar, pañal para la siesta y supuestamente a seguir en casa poco a poco. El sábado nada más levantarse le recordé que quitábamos pañal, y mira tu por donde le hizo gracia, eso sí yo seguía sin ver nada claro. Después de insistirle mucho ( y cuando digo mucho, es mucho) hizo cuatro meadas en el orinal, con su consiguiente ritual. (El orinal tiene botoncito con música, que aprieta en cada deposición, y a continuación baile monil con la menda y el maromo haciendo palmas, vamos un cuadro flamenco al completo).  Aviso a navegantes, esto no es aportación peinetera, en general se suele tener que jalear y vitorear el momento meada y cagada, otra cosa ya es el estilo personal de cada casa… ahí no me meto. En la nuestra el baile se realiza con los calzoncillos en posición tobillera lo que implica riesgo de caída, y según la cantidad suele ser baile indio del agua, o ya pasamos al Michel Telo y su coreografía veraniega. Lo dicho 4 dentro pero otras 4 fuera sólo en la mañana, y sin ningún tipo de previo aviso (yo seguía viendo el tema verde, pero verde lima). Al gorila, no se le ocurre otra cosa que ir a comer a casa de su madre, y si los astros ya no se habían alineado en nuestra contra, mi suegra estrenaba  parquet recién colocado para el fin de semana, que mejor que las escapadas de su nieto para verificar la permeabilidad. Por suerte toco siesta rápida y pañal antes de hacer estragos parqueteros.

Como duelen las aperturas de compuertas imprevistas, pero mira que le voy avisando, pero claro no se les puede recriminar…

A la tarde vino el momento cumbre de maría-peinetas, se nos ocurrió quedar con la madrina del niño y su hijo para ir al parque. Por supuesto el gorila no estaba por la labor de ir a ningún sitio con orinal, (una mariconada más…) Total que me colgué mi bolsa de 10 mudas, el orinal y a pasear ( es una bolsa única, de la que colgaré foto en el siguiente post). La imagen no tiene precio, Monillo intentando jugar y yo cual posesa con el orinal detrás preguntando de mil formas y mil idiomas: Pis maitia?, pipi, tens pipi cariño?, txisa??? Vols fer pipi, y él corriendo y gritando: no no no no pipi no! Gorila con cara de cabreo y mirada matadora, desaprobando mí momento orinal poseído. Total que cuando ya había hecho mí cálculo que aquello estaba ya al caer y a mí nadie me hacía caso, aparecían los dos de la manita, cual compadres, el monillo con un caminar estilo Rivaldo y cara de Caillou me confesaba su no-control de esfinter y el gorila espetaba que tirará de muda que había habido escape.

El domingo por la mañana no hubo tregua, según salió de la cuna, como un miura se fue pal paquete de Dodot se agarró a él, y empezó la cantinela: no Kaltzontxillo, ez!!!! Bolquer ( traducción: olvídate morena ponte esos eslips de peineta y ponme un pañal a la de ya!). Yo, sí algo tenía claro es que no quería traumatizar, y visto mí soledad e incomprensión en operación orinal y mear, desistí y decidí claudicar. Sí señores,  ya sé que dicen que no se debe hacer, sólo adelanto que en mí caso fue un acierto y sino esperen a la segunda entrega  del post, para ver que a veces segundas oportunidades salen bien!